domingo, 16 de diciembre de 2012

De pronto.

Estás en tu habitación leyendo un libro tan tranquilamente: Este libro está escrito desde la perspectiva de una chica. De pronto, lees esta frase "No noté que estaba llorando hasta que se me empezó a nublar la vista". Y te preguntas: "¿Cómo demonios no se ha dado cuenta de que estaba llorando? ¿no notó ese nudo en la garganta antes de llorar? ¿no notó los mocos? ¿las mejillas húmedas?". No paras de leer y esperas que los problemas de la chica se solucionen, de todos modos... La historia de ese libro ya está escrita.
Lo que te extraña más es que esa situación te pase a ti alguna vez en la REALIDAD.
¿sabéis? me pasó a mi.
Estaba hablando con una de mis mejores amigas por teléfono. La echaba un montón de menos, no sabéis cuanto. Ella se había ido del colegio y ella era el mayor apoyo que tenía.
Estaba hablando con ella de como la iba, que tal los amigos, la familia, las notas... etc.
Me encontré cada vez  hablando más bajo. Me encontré llorando, pero no me di cuenta hasta que ella me dijo "Tía, no llores, no sé que hacer en estas situaciones." y entonces es cuando me di cuenta de ello. Me di cuenta de mis ojos húmedos, que la nariz estaba llena de mocos, y las mejillas húmedas. Sin, eran todos los síntomas de estar llorando.
Entonces es cuando comprendí lo que sentía la protagonista de ese libro.
Me di cuenta de cuánto quiero a mi amiga y cuánto la echo de menos.
Me di cuenta de que borro la pizarra por su ausencia, porque ella no está. No está para poder pinbtar cosas con ella, para reír y sobre todo... LLORAR.
Dicen que pase página, que ironía.

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